El Eibar se llevó los tres puntos del Coliseum Alfonso Pérez ante un Getafe que continúa en una situación incómoda en la tabla.
La primera parte del encuentro fue una pelea aérea constante donde los centrales y delanteros iban con fuerza a por cada balón. La tónica general se basaba en balón largo hacia los delanteros que no podían generar ocasiones. Mientras tanto, las zonas defensivas de Bordalás y Mendilibar levantaban un muro infranqueable que nadie conseguía batir en los primeros 45 minutos.
La acción reseñable del primer tiempo la protagonizó Djené, que cayó de forma muy aparatosa tras un gran salto metiendo el susto a todos los presentes. Trató de continuar, pero el dolor era demasiado intenso y se marchó al ecuador del partido.
Tras el descanso, el panorama mejoró ligeramente, y empezaron a aparecer huecos y ocasiones. Kike García y Timor protagonizaron los dos primeros disparos a portería cuando ya se había sobrepasado la hora de juego en el Coliseum, pero fueron dos espejismos. Conforme pasaban los minutos, Bryan Gil y el Eibar comenzaron a aparecer de forma espontánea y el Getafe, poco a poco, parecía conformarse con el empate.
En los últimos minutos del partido, Maksimovic sacó el brazo en un córner y desde el VAR avisaron al colegiado de que debía señalar penalti. Fue Recio el que asumió la responsabilidad, y con un disparo fuerte y a media altura desató la locura en el banquillo armero anotando el único gol del partido. Este resultado pone patas arriba una zona baja de la que no se separa el Getafe.